El primer semestre de 2024 ha sido un período de fluctuaciones significativas en los precios del cobre y del acero a nivel global, influenciados por diversos factores económicos y geopolíticos. Estas variaciones tienen un impacto directo en el mercado mexicano, que es un importante productor y consumidor de estos metales.
Cobre
A nivel global, el precio del cobre ha experimentado una tendencia a la baja durante los primeros seis meses de 2024. Tras un período de crecimiento impulsado por la demanda de infraestructura y tecnología de energía renovable, el cobre ha enfrentado una disminución en su precio debido a varios factores:
Estabilización de la oferta y demanda particularmente desde países productores clave como Chile y Perú. La producción se ha recuperado tras las interrupciones causadas por la pandemia y las huelgas laborales, lo que ha aumentado la disponibilidad del metal en el mercado.
Disminución de la demanda desde China debido a una desaceleración en su sector inmobiliario y a medidas de austeridad implementadas por el gobierno.
El fortalecimiento del dólar estadounidense ha encarecido las compras para los países que utilizan otras monedas.
En México, la caída en el precio del cobre ha tenido un impacto mixto. Si bien las empresas mineras han visto una reducción en sus ingresos, las industrias que dependen del cobre, han mantenido su competitividad en el mercado global.
Acero
El precio del acero ha mostrado un comportamiento más complejo durante el primer semestre de 2024. Después de un incremento significativo en 2023 debido a la recuperación post-pandemia y el aumento en la demanda de construcción e infraestructura, el acero ha experimentado variaciones en 2024 debido a:
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Disrupciones en la cadena de suministro por problemas logísticos y un aumento en los costos de transporte.
Políticas comerciales y arancelarias por las tensiones comerciales entre grandes economías, como Estados Unidos y China.
Aumento en los costos de producción debido al encarecimiento de materias primas y energía. A pesar de lo anterior, en México la demanda interna de acero ha permanecido relativamente fuerte, impulsada por proyectos de infraestructura y construcción en el país.
En resumen, el primer semestre de 2024 ha sido un período de ajustes y desafíos para los mercados de cobre y acero a nivel global y en México.
