Por Rubí Alvarado
Sin duda alguna, el litio complementa los avances tecnológicos del sector energético a nivel mundial. Pese a los diversos beneficios atribuidos a este mineral, el litio en México aún se vislumbra sólo como un área de oportunidad. Hace falta realizar estudios vinculados con múltiples aristas: la capacidad técnica para su explotación, el contenido nacional, la competitividad y su impacto en el medio ambiente.
A nivel global, las compañías del sector energético están apostando por tecnologías y fuentes de energía más limpias. En este sentido, el litio presenta ventajas para acelerar el desarrollo de mercados; entre los cuales se encuentran el de la electromovilidad y almacenamiento de energía. Como consecuencia, su producción mundial ha aumentado considerablemente.
En 2015, sin incluir a Estados Unidos, la producción internacional fue de 32,460 toneladas de litio contenidas como carbonato de litio, cloruro e hidróxido de litio y concentrados en minerales y compuestos. Lo anterior, según un estudio que realizó la entonces Subsecretaría de Minería. Para 2017, la cifra aumentó a 42,900 toneladas, de acuerdo con la Secretaría de Economía (SE). Y en 2019, según el Servicio Geológico de Estados Unidos, la producción se elevó a 77,000 toneladas.
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Esto es reflejo de lo estratégico que resulta aprovechar dicho mineral. En México, según la SE, el 35% se usa para baterías. Sin embargo, frente a los cambios en los proyectos clave del sector energético, serviría también para impulsar la electromovilidad.
En este contexto se propuso la creación de Litiomex, una empresa productiva del Estado, para controlar la producción de litio en nuestro país. Ante esta iniciativa, es importante considerar el panorama de dicho mineral en México. Según la SE, el litio se extrae en tres tipos de depósitos: salmueras, pegmatitas y rocas sedimentarias, de los cuales sólo las salmueras y pegmatitas han demostrado ser económicamente factibles.
De acuerdo con Flor de María Harp, directora del Servicio Geológico Mexicano, 57 ubicaciones en México cuentan con potencial de litio, pero la mayoría se encuentra en rocas duras o sedimentarias. Para aprovechar dichos recursos, las empresas dedicadas a la exploración y explotación necesitarían tener una capacidad técnica sólida, ya que, al contrario de la explotación en salmueras, el proceso es más complejo.
Aunque la exploración del potencial del litio representa retos y nuevas necesidades tecnológicas, debe predominar el interés nacional respecto a los beneficios que dicho mineral representa para México. Sin embargo, para que el aprovechamiento brinde los resultados esperados, deben tenerse en cuenta la capacidad técnica y el cuidado al medio ambiente.