El aumento de los esfuerzos para acelerar la transición energética y garantizar la seguridad energética, así como las menores tasas inflacionarias, se combinarán para aumentar los planes de inversión en los sectores del petróleo, generación de electricidad, energías renovables, los metales y la minería.
De acuerdo con la firma Wood Mackenzie, está en marcha un nuevo ciclo alcista de inversión en el segmento de energía y recursos naturales, como metales.
La firma espera un crecimiento del 5% en las inversiones de esos sectores hasta 1.3 billones de dólares en 2023. La inversión total en suministro alcanzará su nivel más alto en ocho años. Igualmente, la cifra representa un aumento del 26% frente periodo cíclico de 2020-2021 registrado en la pandemia.
“El mundo vuelve hambre de más energía y recursos naturales”, confirmó Simon Flowers, presidente y analista en jefe de Wood Mackenzie.
Desde su perspectiva, las inversiones necesitan un cambio masivo de los combustibles fósiles a las energías renovables y otras tecnologías bajas en carbono; incluidos los reactores nucleares modulares pequeños, el almacenamiento de baterías de larga duración, la energía mareomotriz y la geotérmica avanzada.
“Si es que el mundo quiere una oportunidad de alcanzar las emisiones netas cero en 2050, necesita un cambio masivo en las inversiones”, señaló.
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“Para llegar a cero emisiones netas, la inversión en energía con bajas emisiones de carbono, que ya es récord, debe duplicarse como mínimo. Igualmente, debe mantenerse en ese nivel en un futuro cercano. Esto sin tener en cuenta la inversión en la ampliación de la red eléctrica para apoyar altos niveles de electrificación”, agregó.
Según Wood Mackenzie, el porcentaje de inversión en el suministro de combustibles fósiles ha caído del 60% del gasto energético total en 2015 a un 40% estimado este año. Sin embargo, los combustibles fósiles siguen representando el 80% del suministro mundial de energía primaria y “están resultando difíciles de cambiar”.
