Durante 2023 y con proyecciones hacia 2024, el mercado de los minerales ha experimentado cambios significativos, marcados por fluctuaciones en los precios, influencias geopolíticas, y ajustes en la demanda global, especialmente en sectores críticos como la energía limpia y las tecnologías avanzadas.
Este panorama ha estado bajo la influencia de diversos factores, incluidos los esfuerzos por la transición energética, la recuperación económica post-pandemia, y el desarrollo tecnológico, particularmente en el sector de las baterías.
En 2023, se observó una recuperación gradual en el sector de los metales y minerales críticos, impulsada en parte por el aumento en el gasto en proyectos de infraestructura, lo que compensó la débil inversión inmobiliaria. Los precios de algunos metales como el mineral de hierro y el aluminio experimentaron incrementos sustanciales, reflejando una dinámica de oferta y demanda altamente influenciada por la producción industrial, particularmente en China, y por condiciones climáticas adversas que afectaron la producción minera y energética.
El mineral de hierro, por ejemplo, vio un repunte significativo de precios a principios de 2023, principalmente debido a un aumento en la producción de acero en China. Sin embargo, se esperaba que estos precios disminuyeran ligeramente hacia el final del año pasado y continuaran cayendo en 2024 a medida que se estabilice la oferta y disminuya la demanda desde China. En contraste, el cobre, fundamental para la infraestructura de energía renovable y los vehículos eléctricos, también registró un aumento en su precio, aunque se proyecta una disminución para los próximos años a medida que mejoren las condiciones de oferta.
Además, los minerales críticos para la tecnología de energía limpia, como el litio y el níquel, han mantenido precios elevados y volátiles, reflejando la creciente demanda de baterías y la importancia de estos minerales en la transición energética global.
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La inversión en nuevas empresas de minerales críticos alcanzó cifras récord en 2022, demostrando la relevancia estratégica de estos recursos. A su vez, se destaca la innovación en el sector de las baterías, donde la demanda global ha aumentado significativamente, impulsada por la adopción de vehículos eléctricos y el desarrollo de nuevas tecnologías de almacenamiento de energía.
El oro, un refugio seguro tradicional, ha mantenido precios por encima de los promedios históricos a largo plazo, aunque se anticipa una normalización a medida que disminuyan los riesgos geopolíticos y continúe el ciclo de aumento de las tasas de interés. Este comportamiento subraya la complejidad del mercado de minerales, donde factores como la política monetaria y las tensiones internacionales pueden influir significativamente en los precios. Hacia finales de marzo de este 2024, repuntó 9.3% en el primer trimestre, cerrando en un récord de $2,254 dólares la onza.
El panorama para los precios de los minerales durante 2023 y 2024 se caracteriza por una mezcla de apreciación y depreciación en respuesta a una serie de factores globales y sectoriales. Mientras que algunos minerales esenciales para la energía limpia y la tecnología mantienen precios elevados debido a la creciente demanda, otros experimentan ajustes debido a mejoras en la oferta y cambios en la dinámica del mercado. La transición hacia fuentes de energía más limpias, el desarrollo tecnológico, y la recuperación económica mundial seguirán siendo elementos clave que influirán en el mercado de minerales en los próximos años.
Mientras que algunos minerales esenciales para la energía limpia y la tecnología mantienen precios elevados debido a la creciente demanda, otros experimentan ajustes debido a mejoras en la oferta y cambios en la dinámica del mercado.
