La onza de oro extendió su franca tendencia alcista hacia la marca psicológica de los 2,000 dólares, un precio sin precedentes.
En las operaciones intradía, el contrato más activo del oro, para entrega en diciembre, repuntó 45 dólares, es decir, 2.3% hasta 2,000 dólares la onza. La cotización representó el precio más alto de su historia.
Al final, el contrato del metal áureo moderó sus avances y cerró con una ganancia de 16.10 dólares, o 0.8% a 1,971.50 dólares la onza.
El metal dorado, que en lo que va del año acumula una ganancia de 29%, superó ayer su récord previo de 1,923 dólares; mismo que había respetado desde septiembre de 2011.
El oro es considerado un escudo financiero y un refugio de inversión en tiempos de crisis económicas y tensiones geopolíticas.
La debilidad actual del dólar en el mercado cambiario y la instrumentación de políticas monetarias en varios frentes están catapultando a los precios del metal dorado.
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La depreciación del billete verde abarata el valor del metal áureo frente a los tenedores de otras monedas; mientras que la caída de los intereses reduce el costo de oportunidad de mantener posiciones en lingotes. Ambos factores impulsan la demanda del metal dorado en los mercados financieros y, por ende, la cotización del oro.
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