En China, uno de los mayores consumidores de materias primas del mundo, se encuentra en aprietos con los costes energéticos. Las deudas sobre el estímulo económico y la expectativa de una recesión mundial han puesto a las empresas mineras en aprietos. El riesgo de reducción de personal y despidos siguen en aumento.
Las principales mineras diversificadas se encuentran excluidas de este panorama de presión financiera, tras haber sobrellevado durante años altos precios en las materias primas.
La preocupación recae en las principales mineras como Río Tinto, Anglo American y Antofagasta. Estas son ejemplos de empresas que han registrado una caída de los beneficios semestrales, que además han reducido pagos a los accionistas.
Por otro lado, tenemos a aquellas que mantuvieron sus beneficios elevados como, BHP Group y Glencore. Sin embargo, incluso ellas señalaron riesgos observados en la lentitud de la demanda de materias primas, que se verán reflejados en los próximos meses. Este panorama podría reducir los beneficios que ofrecen.
El FMI ha pronosticado que el crecimiento mundial se verá afectado y ser más lento hasta el 2.9% para el 2023. Este estancamiento se deberá a la subida de los tipos de interés, la inflación y una prolongada crisis energética.
China, como segunda economía mundial, actualmente representa más del 50% de la demanda mundial de materias primas. Continúan con una estricta política de “cero contagios”, lo que genera confinamientos que frenan tanto producción como demanda.
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«Muchos actores de la industria parecen estar apostando por el hecho de que China lanzará un gran paquete de estímulo muy pronto», dijo Jean-Sebastian Jacques, ex director ejecutivo de Río Tinto, una de las mineras más expuestas a la demanda de China, el principal comprador de su mineral de hierro.
«Pero a menos que haya una agenda interna inmediata, es difícil ver por qué China lanzaría un gran paquete de estímulo que beneficiaría al mundo, especialmente en el contexto de un entorno geopolítico frágil».
