En una época de cambio en Colombia, la activista medioambiental Francia Márquez, fue elegida como la primera vicepresidenta de raza negra colombiana en un gobierno que busca el cambio.
Tras la elección de Gustavo Petro como primer presidente izquierdista, la victoria de Márquez fue inminente, ya que ambos fueron compañeros de fórmula. Alcanzaron la victoria el domingo pasado tras promover una campaña que aleja la economía del país de la producción petrolera y minera. Su argumento va en favor de reducir las desigualdades que se intensificaron durante la pandemia.
El pasado de Márquez en la minería
Se prevé que Márquez juegue un papel importante en los planes del presidente Petro para alejar al país de los combustibles fósiles. Dentro de este plan se incluye la propuesta de poner fin a la concesión de licencias de exploración de petróleo, lo que mantiene preocupados a los inversionistas.
“Este es el Gobierno de la gente, de las manos callosas”, dijo Márquez en su discurso de aceptación en Bogotá, mientras miles vitoreaban. “Vamos las mujeres a erradicar el patriarcado de nuestro país. Vamos por los derechos de nuestra madre tierra”.
Márquez conoce sobre minería porque durante su adolescencia trabajo como empleada doméstica y al mismo tiempo colaboraba en la minería de oro artesanal a pequeña escala. Más tarde, buscando superarse, terminó la escuela, se convirtió en abogada y continuó su camino como activista.
En el 2014 organizó a 80 mujeres para marchar 350 kilómetros camino a Bogotá. Esta marcha pretendía llamar la atención sobre el impacto que la minería ilegal de oro estaba teniendo en aquellas comunidades rurales donde los ríos estaban siendo contaminados con mercurio.
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Gracias a dicha marcha se logró eliminar las mineras y los equipos ilegales, trayendo consigo amenazar por parte de pandillas, por lo que huyo en 2015. Tres años más tarde fue acreedora del Premio Ambiental Goldman, apodado el Nobel Verde. Se le fue otorgado por su trabajo en la lucha contra los proyectos de minería ilegal.
