La tarde del miércoles, en el municipio de Sabinas, Coahuila, México, diez mineros quedaron atrapados dentro de un socavón. Ese día, los trabajadores se toparon con un área que se encontraba llena de agua y colapso, inundando la inundación de tres pozos.
Durante el terrible accidente únicamente cinco mineros lograron escapar, y fueron ellos quienes pudieron alertar a las autoridades sobre el suceso.
Desde entonces, personal de búsqueda y rescate ha intentado sin éxito llegar al lugar donde se encuentran los mineros atrapados. El obstáculo más grande son las inundaciones en los pozos del área de los hechos. Por consecuencia, las autoridades han tenido como prioridad bloquear el agua que continúa fluyendo.
La coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez, hablo durante la conferencia presidencial matutina. En la misma, aseguro que es “indispensable reducir el nivel del espejo del agua en la zona del incidente para estar en condiciones de permitir el ingreso seguro del personal especializado en búsqueda y rescate”.
Después de dos días de labores de extracción, las autoridades han informado que solo se ha podido reducir de 34 a 30 metros de profundidad el agua en los pozos.
Por su parte, el equipo que se encuentra a cargo de la emergencia ha tomado la decisión aconsejada por especialistas, de perforar dos sectores en el área donde se encuentra la mina. El propósito de esto es “colocar una cortina para evitar que siga llegando más agua a los pozos donde está el accidente”, indicó en la conferencia presidencial el subsecretario de la Secretaría de la Defensa Nacional, general Agustín Rádiala Suástegui.
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Al mismo tiempo continuarán extrayendo agua de los pozos por medio de 19 bombas, informó Velázquez. En cuanto sea posible entrar, 383 agentes de las fuerzas militares y policiales y de las agencias civiles de atención de emergencias se encuentran en el área. El objetivo es que puedan bajar 60 metros de profundidad para iniciar el rescate de los mineros.
