En Brasil, el exmandatario Luiz Inácio da Silva continua con su campaña presidencial por el Amazonia. En esa región, el exmandatario ha prometido impulsar el desarrollo, con un plan diferente al del presidente Jair Bolsonaro. Es importante destacar que Bolsonaro pretende continuar incentivando la industria agropecuaria y minera.
Las elecciones serán el 2 de octubre, y el futuro del Amazonia es el tema más preocupante en la comunidad nacional e internacional. Esto se debe a que durante el gobierno de Bolsonaro se disparó la deforestación y los incendios.
Bajo este contexto, se entiende que el nuevo presidente tendrá que hacerse cargo de una Amazonia degradada, amenazada y menos fiscalizada. Es así debido a los recortes que han sufrido los órganos de control medioambiental en la actual administración.
Lula va liderando todas las encuestas con una ventaja de hasta diez puntos sobre su rival ultraderechista. Es el primero de los dos candidatos en hacer campaña en esta zona, la cual es hogar de hasta 30 millones de brasileños.
En caso de volver al poder ha prometido ser “muy duro” contra la deforestación y “acabar con la minería ilegal”. También promete crear un ministerio específico para los pueblos originarios, así como retomar la demarcación de reservas indígenas. Todas esas labores fueron paralizadas durante el gobierno de Bolsonaro.
Por otro lado, ha hablado de sus pretenciones de encargar estudios que muestren la posibilidad de construir carreteras que conecten al Amazonia con el resto del país. Todo siempre tomando en cuenta la cuestión ambiental, acorde con sus palabras.
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«Allí viven millones de personas y necesitamos dar a esa gente el derecho de vivir bien, de ir y venir», manifestó en una reciente entrevista a una radio de Manaos.