Desarrollo comunitario, un compromiso permanente. Por Efraín Mariano
Las principales compañías mineras instaladas en México, tanto nacionales como internacionales, han trabajado de
manera constante con una visión integral; la cual contempla tres ejes: el desarrollo comunitario, cuidado del medio ambiente y promoción de los derechos sociales.
De acuerdo con la Cámara Minera de México (Camimex), la industria minera se ubica como el quinto generador de divisas en el país, por delante del turismo y la industria petrolera.
Sin embargo, más allá de esa estadística, la industria minera incentiva el bienestar regional y comunitario. Los beneficios sociales, ambientales y económicos para la sociedad y las comunidades donde el sector minero tiene presencia, generan progreso y sustentabilidad.
Uno de los compromisos clave de la industria minera es impulsar el bienestar regional, enfocado en abatir rezagos en las comunidades donde se tienen operaciones mineras. Estas acciones van desde jornadas para la promoción de la salud hasta las acciones de reforestación, autodesarrollo, educación y cultura.
La actividad minera permite el desarrollo social en regiones lejanas. No solo se trata empleos y bienestar regional. Se trata de progreso para las comunidades, los municipios y los estados. Se construyen y mejoran carreteras, se amplían redes de comunicación, se lleva agua potable y electrificación; sin mencionar el aumento de los servicios médicos, educativos y de vivienda.
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Para Fernando Alanis Ortega, expresidente de la Camimex, las empresas mineras tienen como compromiso inequívoco de garantizar la seguridad y bienestar de sus colaboradores y de las comunidades donde operan.
Entre los programas, proyectos y acciones que suman valor a las comunidades se pueden mencionar: el Centro de Estudios Tecnológicos de la Laguna del Rey (CETLAR) en Coahuila,- creado por la empresa Peñoles; el Programa “Campamento de verano Autlán”, realizado Autlán, y Casa Grande de Grupo México.
El aporte del sector minero es integral para las comunidades. De acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), el 85% de los municipios mineros registraron un índice de rezago social en 2020 por debajo del promedio nacional.
En 2020, el sector minero invirtió un monto de 4 mil 733 millones de pesos; equivalente a 3.6 veces el presupuesto destinado al programa de apoyos para el desarrollo forestal sustentable de Semarnat. Se plantaron 2.9 millones de árboles reforestando una superficie de 2.6 mil hectáreas en 24 estados del territorio mexicano.
Las empresas mineras afiliadas a la CAMIMEX operan en 696 comunidades, de 212 municipios de 24 estados de la República Mexicana bajo un estricto apego a las más de 4 mil 699 regulaciones federales, estatales y mundiales. La minería es una de las actividades más reguladas del país.