La República Checa ha revertido los planes que tenía para frenar la minería en una de las regiones clave del país. Ahí se lleva a cabo la explotación del carbón negro, por lo que sería de gran utilidad el poder salvaguardar su suministro de energía. Esto es de suma importancia en momentos de fuerte demanda y crisis energética que ha sido provocado por la guerra de Rusia en Ucrania.
La importancia del carbón negro en la República Checa
Zbynek Stanjura, ministro de Finanzas, compartió el jueves pasado, que la empresa estatal OKD próximamente estará extendiendo sus actividades mineras. Así se hará en el noreste del país hasta finales del próximo año como mínimo. Durante ese tiempo se harán evaluaciones que podrían terminar en una extensión de tiempo hasta el 2025.
“La demanda de carbón negro es enorme” comento Stanjura. Es por ello que, a pesar de los planes originalmente requerían que la minería se detuviera, se tuvo que hacer una reconsideración.
Así como República Checa, muchos países dentro de la Unión Europea han tenido que regresar al carbón para poder compensar la falta de gas natural ruso. Tales acciones podrían resultar contraproducentes al tratar de cumplir con los objetivos climáticos europeos.
Rusia, por su parte, se mantiene firme y ya le ha reducido el suministro de gas a países como Alemania, Italia, y Australia. También, de manera más severa, ha cortado el flujo de gas para Francia, Polonia, Bulgaria y otros.
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A todo lo anterior, el director ejecutivo de OKD, Roman Sikora, ha dicho que la compañía checa cuenta con planes de extraer 1,3 millones de toneladas métricas de carbón negro para el 2023. Con esos recursos se generará energía y calefacción doméstica. El plan será factible, ya que las centrales eléctricas de carbón ya generan el 50% de la producción total de electricidad checa.