A partir del miércoles los precios del cobre comenzaron a subir un aproximado de mínimos de 4 meses y medio. Esto se debió a que los operadores estaban sopesando los riesgos del alza de las tasas de interés. Eso aunado a los brotes de COVID en China y la desaceleración de la actividad de las fábricas que afectan la demanda.
El cobre se encuentra actualmente como referente en la Bolsa de Metales de Londres (LME). Se observa una subida de 1.5% y se situaba en 9.549 dólares a las 1613 GMT, esto después de haber caído 3.7% el martes pasado.
La economía que se ve mermada por el COVID-19 en China
El metal, utilizado en energía y la construcción, paso de menos de 5.000 dólares la tonelada en marzo del 2020 a un máximo histórico de 10.845 dólares en marzo de este año. Desde estos movimientos observados a la fecha, logramos observar una baja del 13% desde aquel máximo.
“Las perspectivas a corto plazo son difíciles”, afirmó el analista Ole Hansen de Saxo Bank.
Al mismo tiempo menciona que aquellos precios serán respaldados por el cambio de los combustibles fósiles a la electrificación. Esta electrificación se sabe que requerirá grandes cantidades de cobre.
También es bien sabido que los mercados que habían estado cerrados ya reanudaran sus labores este jueves. Esto a pesar de los esfuerzos de Pekin para evitar la propagación del COVID-19 y no tener el mismo destino que Shanghái, el cual ya llevan más de un mes en confinamiento.
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“El deterioro de la situación del COVID es uno de los principales obstáculos de los metales”, dijo el analista de ING Wenyu Yao. China es el mayor consumidor de metales.
El cobre no ha sido el único que poco a poco ha recobrado fuerza. Podemos observar que el aluminio subía 2.7% a 2.990 dólares la tonelada. Esto es un gran avance después de la caída que tuvo el martes de 4.6%. Otro que gana fuerza es el zinc con apenas un 0.2% a 3.967,50 dólares. Y por último el estaño avanzaba un 1.1% a 40.705 dólares.
